El Salmo 1 es el primer salmo del Libro de los Salmos en la Biblia y es uno de los salmos más conocidos. Este salmo describe la dicha y la bendición que se experimenta cuando se sigue el camino de la justicia y se evita el camino del mal. A continuación, se presenta una explicación más detallada del Salmo 1:
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos.
El salmo comienza con una declaración de la felicidad de aquellos que no siguen los consejos de los malvados, no se involucran con los pecadores y no se unen a los que se burlan de las cosas sagradas. Aquí se hace hincapié en la importancia de la elección de compañía y el camino que se sigue en la vida.
Sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella.
En este verso, se destaca la alegría que siente el hombre que se deleita en la ley del Señor y medita en ella continuamente. Se enfatiza la importancia de mantenerse en contacto con la palabra de Dios a través de la meditación y la reflexión.
Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
Aquí, el salmista compara al hombre que sigue la ley del Señor con un árbol plantado junto a un río, que siempre tiene suficiente agua para crecer y prosperar. Este hombre dará fruto en su debido tiempo y nunca se marchitará. Este verso habla de la bendición y la prosperidad que se experimenta al seguir el camino de Dios.
En cambio, los malvados son como paja arrastrada por el viento.
El salmista contrasta la imagen del hombre justo con la de los impíos, que son como la paja que se lleva el viento, sin ninguna raíz ni sustento. Este verso habla de la fragilidad y la inestabilidad de aquellos que no siguen el camino de Dios.
Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos.
Aquí se declara que los impíos y los pecadores no tendrán lugar en la congregación de los justos. Se afirma que aquellos que no siguen el camino de Dios no tienen parte en el juicio justo y final.
Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malos lleva a la perdición.
El salmo concluye afirmando que el Señor conoce el camino de los justos y los protegerá, mientras que la senda de los impíos perecerá. Aquí se afirma la confianza en la protección divina para aquellos que siguen el camino de Dios y la certeza de que aquellos que no lo hacen, serán condenados.
El Salmo 1 habla de la felicidad y la bendición que se experimenta al seguir el camino de Dios.
1 Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, 2 sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. 3 Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
4 En cambio, los malvados son como paja arrastrada por el viento. 5 Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos.
6 Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malos lleva a la perdición.
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