El Salmo 3 es el tercer salmo del Libro de los Salmos en la Biblia y se trata de un salmo de lamento del rey David. En este salmo, David clama a Dios por ayuda y protección en medio de la adversidad. A continuación, se presenta una explicación más detallada del Salmo 3:
Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen.
En este verso, David expresa su preocupación y angustia ante la gran cantidad de enemigos que se han levantado en su contra. Aquí se presenta la idea de que David se encuentra en una situación de peligro y necesidad de ayuda divina.
Y muchos los que de mí aseguran: Dios no lo salvará.
En este verso, se describe cómo los enemigos de David hablan mal de él y lo desacreditan. Aquí se presenta la idea de que David se encuentra en una situación en la que su reputación está en juego.
Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!
Aquí, David reconoce que Dios es su protector y refugio en medio de la adversidad. Aquí se presenta la idea de que David confía en que Dios lo protegerá y levantará su cabeza en medio de la aflicción.
Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde.
En este verso, David describe cómo clamó a Dios por ayuda y cómo Dios le respondió desde su santo monte. Aquí se presenta la idea de que Dios escucha las oraciones de los que lo buscan y los ayuda en momentos de necesidad.
Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene.
Aquí, el autor habla de cómo encontró paz y tranquilidad en Dios, incluso en medio de la adversidad. Aquí se presenta la idea de que el autor encuentra descanso y seguridad en Dios.
No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier.
El autor expresa su confianza en Dios y su disposición para enfrentar a sus enemigos sin temor. Aquí se presenta la idea de que el autor confía en que Dios lo protegerá de sus enemigos.
¡Levántate, Señor! ¡Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados!
En este verso, el autor hace un llamado a Dios para que lo salve y le recuerda cómo Dios ha vencido a sus enemigos en el pasado. Aquí se presenta la idea de que el autor confía en que Dios intervendrá en su favor.
Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo!
El autor reconoce que la salvación viene del Señor y pide que la bendición de Dios descanse sobre su pueblo. Aquí se presenta la idea de que el autor reconoce la autoridad y el poder de Dios y pide su bendición.
El Salmo 3 es un salmo de confianza en Dios en medio de las dificultades. El autor reconoce la multitud de sus enemigos y sus adversidades.
1 Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, 2 y muchos los que de mí aseguran: Dios no lo salvará.
3 Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! 4 Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde.
5 Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. 6 No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier.
7 ¡Levántate, Señor! ¡Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados! 8 Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo!
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