Salmo 8 es un hermoso cántico que celebra la grandeza de Dios y su creación. A continuación, te ofrezco una explicación versículo por versículo:
Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!
Este versículo es una declaración de adoración a Dios, reconociendo su grandeza y su poder sobre todo lo que existe. El salmista declara que el nombre de Dios es glorioso en toda la tierra y que su gloria se extiende incluso más allá de los cielos.
Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde.
Este versículo habla de cómo Dios utiliza incluso a los más débiles e indefensos para derrotar a sus enemigos. Dios fortalece a aquellos que son considerados débiles para que puedan vencer a sus enemigos y hacer callar a aquellos que buscan venganza.
Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste.
El salmista observa el cielo y reconoce que la creación celestial es una obra de las manos de Dios. La luna y las estrellas, junto con todo lo que existe en el universo, fueron creados por Dios.
Me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?
Este versículo habla de la humildad del ser humano ante la grandeza de Dios. A pesar de que somos pequeños en comparación con el universo creado por Dios, Dios aún se preocupa por nosotros y nos visita.
Pues lo hiciste poco menos que Dios, y lo coronaste de gloria y de honra.
Dios ha otorgado al ser humano un lugar especial dentro de su creación, haciéndonos un poco menores que los ángeles y coronándonos de gloria y honra.
Lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a su dominio.
Este versículo habla de cómo Dios ha dado al ser humano el poder y la autoridad para gobernar sobre su creación. Todo lo que Dios ha creado ha sido puesto bajo la autoridad del ser humano.
Todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo.
Dios ha creado animales para que el ser humano pueda gobernar y cuidar de ellos, como las ovejas, bueyes y bestias del campo.
Las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar.
Dios también ha creado las aves y los peces, así como todas las criaturas que habitan en el mar. El ser humano tiene la responsabilidad de cuidar de estas criaturas y asegurarse de que su hábitat sea protegido.
Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!
El salmo concluye con una reiteración de la grandeza de Dios y su nombre en toda la tierra. Este cántico es una reflexión sobre la grandeza de Dios y la responsabilidad que el ser humano tiene para gobernar y cuidar de la creación de Dios.
1 Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos! 2 Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde. 3 Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, 4 me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?
5 Pues lo hiciste poco menos que Dios, y lo coronaste de gloria y de honra: 6 lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a su dominio;
7 todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo, 8 las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar. 9 Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!
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