Este post contiene Salmos Para la Familia, Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.
¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía! (Salmos 133:1
Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. (Salmos 127:3)
Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos, con los que cumplen su pacto y se acuerdan de sus preceptos para ponerlos por obra. (Salmos 103:17-18)
Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados. Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. (Salmos 127:1-3)
Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. Lo que ganes con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad. En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán como vástagos de olivo. Tales son las bendiciones de los que temen al Señor. (Salmos 128:1-4)
Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud. Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas. No serán avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales. (Salmos 127:4-5)
Y Dios creó al ser humano a su imagen, lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla, dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo. (Génesis 1:27-28)
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. (Génesis 2:24)
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 7 Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. (Deuteronomio 6:6-7)
Tributen al Señor, familias de los pueblos, tributen al Señor la gloria y el poder, tributen al Señor la gloria que corresponde a su nombre, preséntense ante él con ofrendas, adoren al Señor en su hermoso santuario. (1 Crónicas 16:28-29)
Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. (Proverbios 22:6)
Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. (Proverbios 6:20)
La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres. (Proverbios 17:6)
Y, si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie. (Marcos 3:25)
El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. (1 Timoteo 5:8)
El hijo sabio alegra a su padre, el hijo necio menosprecia a su madre. (Proverbios 15:20)
Versión en Portugués: Salmos Sobre Familia
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