Este post contiene Versículos de Ánimo Para Mujeres Valientes, depositemos nuestra esperanza en Dios, confiemos en Él y recobremos el ánimo con sus palabras de aliento.
Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso. (2 Corintios 6:18)
Grabada te llevo en las palmas de mis manos, tus muros siempre los tengo presentes. (Isaías 49:16)
¡Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá! (Lucas 1:45)
Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. (Mateo 5:8)
Dios está en ella, la ciudad no caerá, al rayar el alba Dios le brindará su ayuda. (Salmos 46:5)
Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. (Proverbios 31:25)
Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas. (Proverbios 31:25)
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. (Filipenses 4:6-8)
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. (Josué 1:9)
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. (Filipenses 3:20)
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. (Efesios 2:10)
Tú creaste mis entrañas, me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! (Salmos 139:13-14)
El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón en él confía, de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias. (Salmos 28:7)
Dios está en ella, la ciudad no caerá, al rayar el alba Dios le brindará su ayuda. (Salmos 46:5)
Pero el Señor, en las alturas, se muestra poderoso, más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más poderoso que los embates del mar. (Salmos 93:4)
Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. (Salmos 143:8)
Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes. (Éxodo 14:14)
Engañoso es el encanto y pasajera la belleza, la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. (Proverbios 31:30)
A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. (Colosenses 1:27)
Toda tú eres bella, amada mía, no hay en ti defecto alguno. (Cantares 4:7)
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)
Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza. (Salmos 34:5)
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 Pedro 2:9)
Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables. (1 Pedro 5:10)
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. (1 Corintios 15:10)
Mujer ejemplar, ¿Dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! (Proverbios 31:1)
Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. (Juan 1:12)
A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. (Colosenses 1:27)
Pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3:3)
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