Este post contiene Versículos Sobre el Ayuno en la Biblia, Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino solo ante tu Padre.
En cada iglesia nombraron ancianos y, con oración y ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían creído. (Hechos 14:23)
Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron. (Hechos 13:3)
Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado. (Hechos 13:2)
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre. (Lucas 4:1-2)
Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino solo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. (Mateo 6:17-18)
Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa. (Mateo 6:16)
Y los ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en señal de arrepentimiento. (Jonás 3:5)
Ahora bien afirma el Señor, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga. (Joel 2:12-13)
En todo ese tiempo no comí nada especial, ni probé carne ni vino, ni usé ningún perfume. (Daniel 10:3)
El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? (Isaías 58:6)
Y hasta me reclaman: “¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en cuenta? ¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas?” Pero el día en que ustedes ayunan, hacen negocios y explotan a sus obreros. (Isaías 58:3)
Entréguense al ayuno, convoquen a una asamblea solemne. Reúnan a los ancianos del pueblo en la casa del Señor su Dios, reúnan a todos los habitantes del país, y clamen al Señor. (Joel 1:14)
Cuando lloro y ayuno, tengo que soportar sus ofensas. (Salmos 69:10)
Pues cuando ellos enfermaban yo me vestía de luto, me afligía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones! (Salmos 35:13)
El día veinticuatro de ese mes los israelitas se reunieron para ayunar, se vistieron de luto y se echaron ceniza sobre la cabeza. Habiéndose separado de los extranjeros, confesaron públicamente sus propios pecados y la maldad de sus antepasados. (Nehemías 9:1-2)
Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca! (Ester 4:16)
Y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro. Nunca salía del templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones. (Lucas 2:37)
Luego Esdras salió del templo de Dios y fue a la habitación de Johanán hijo de Eliasib. Allí se quedó sin comer pan ni beber agua, porque estaba muy deprimido por causa de la infidelidad de los repatriados. (Esdras 10:6)
Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo. (Nehemías 1:4)
Así que ayunamos y oramos a nuestro Dios pidiéndole su protección, y él nos escuchó. (Esdras 8:23)
Atemorizado, Josafat decidió consultar al Señor y proclamó un ayuno en todo Judá. (2 Crónicas 20:3)
Cuando los israelitas se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la derramaron ante el Señor. También ayunaron durante el día, y públicamente confesaron: Hemos pecado contra el Señor. Fue en Mizpa donde Samuel comenzó a gobernar a los israelitas. (1 Samuel 7:6)
Entonces los israelitas, con todo el pueblo, subieron a Betel, y allí se sentaron y lloraron en presencia del Señor. Ayunaron aquel día hasta el anochecer y presentaron al Señor holocaustos y sacrificios de comunión. (Jueces 20:26)
El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres ladrones, malhechores, adúlteros ni mucho menos como ese recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”. En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” (Lucas 18:11-13)
Lloraron y ayunaron hasta el anochecer porque Saúl y su hijo Jonatán habían caído a filo de espada, y también por el ejército del Señor y por la nación de Israel. (2 Samuel 1:12)
Y Moisés se quedó en el monte, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos. (Éxodo 34:28)
No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y solo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente, de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio. (1 Corintios 7:5)
Versión en Portugués: Versículos Sobre o Jejum
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Muy buena la lista de los textos sobre el ayuno para aprender