Este post contiene Versículos Sobre el Enojo en la Biblia, Todos debemos estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse, pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.
Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. (1 Juan 4:20)
El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. (1 Juan 2:9)
El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas, pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. (Santiago 3:7-10)
Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada. (Santiago 1:26)
Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse, pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere. (Santiago 1:19-20)
El obispo tiene a su cargo la obra de Dios, y por lo tanto debe ser intachable: no arrogante, ni iracundo, ni borracho, ni violento, ni codicioso de ganancias mal habidas. (Tito 1:7)
Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad. (2 Timoteo 2:24-25)
Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. (Colosenses 3:8)
Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. (Efesios 4:31)
Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol. (Efesios 4:26)
Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. (1 Corintios 1:10)
Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al fuego del infierno. Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. (Mateo 5:22-24)
Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo. (Eclesiastés 11:10)
No te dejes llevar por el enojo que solo abriga el corazón del necio. (Eclesiastés 7:9)
Pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere. Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida. (Santiago 1:20-21)
El que es entendido refrena sus palabras, el que es prudente controla sus impulsos. (Proverbios 17:27)
Más vale ser paciente que valiente, más vale el dominio propio que conquistar ciudades. (Proverbios 16:32)
El que es paciente muestra gran discernimiento, el que es agresivo muestra mucha insensatez. (Proverbios 14:29)
La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. (Proverbios 15:1)
Los deseos de los justos terminan bien, la esperanza de los malvados termina mal. (Proverbios 11:23)
Refrena tu enojo, abandona la ira, no te irrites, pues esto conduce al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra. (Salmos 37:8-9)
No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado. No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. (Levítico 19:17-18)
El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla. (Proverbios 29:11)
El que es iracundo provoca contiendas, el que es paciente las apacigua. (Proverbios 15:18)
El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto. (Proverbios 12:16)
Dios es un juez justo, un Dios que en todo tiempo manifiesta su enojo. Si el malvado no se arrepiente, Dios afilará la espada y tensará el arco. (Salmos 7:11-12)
El buen juicio hace al hombre paciente, su gloria es pasar por alto la ofensa. (Proverbios 19:11)
El orgullo solo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos. (Proverbios 13:10)
No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos. (Proverbios 22:24)
Versión en Portugués: Versículos Sobre Raiva
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