Este post contiene Versículos de Fe en la Biblia, Manténganse alerta, permanezcan firmes en la fe, sean valientes y fuertes.
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)
Vivimos por fe, no por vista. (2 Corintios 5:7)
Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. (Efesios 6:16)
Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. (Marcos 11:24)
¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible. (Marcos 9:23)
¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? le contestó Jesús. (Juan 11:40)
Les aseguro que, si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. (Marcos 11:23)
Manténganse alerta, permanezcan firmes en la fe, sean valientes y fuertes. (1 Corintios 16:13)
Yo soy el pan de vida declaró Jesús. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed. (Juan 6:35)
Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. (Santiago 1:6)
Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?. (Números 23:19)
Así que no pierdan la confianza, porque esta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. (Hebreos 10:35-36)
¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?. (1 Juan 5:5)
Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca, mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos. (Romanos 1:11-12)
De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: El justo vivirá por la fe. (Romanos 1:17)
De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia. (Romanos 10:4)
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe, esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. (Efesios 2:8-9)
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe. Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige. (Romanos 3:27-28)
Puedes irte le dijo Jesús; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino. (Marcos 10:52)
Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. (Juan 1:12)
Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. (Romanos 14:1)
El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe. (Habacuc 2:4)
Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera, y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?. (Juan 11:25-26)
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (Hebreos 11:6)
Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto, y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación. (1 Pedro 1:8-9)
Pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. (Santiago 1:3)
Se ha cumplido el tiempo decía. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!.
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)
En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 5:1)
El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios. (Juan 3:36)
¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él. (1 Tesalonicenses 4:14)
Bueno es el Señor, es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. (Nahúm 1:7)
Y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. (Filipenses 3:9)
Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio. (Hebreos 3:14)
Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, como es justo, porque su fe se acrecienta cada vez más, y en cada uno de ustedes sigue abundando el amor hacia los otros. (2 Tesalonicenses 1:3)
Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración. (Mateo 21:22)
Porque me has visto, has creído le dijo Jesús, dichosos los que no han visto y sin embargo creen. (Juan 20:29)
Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. (Hechos 2:41)
El bautismo de Juan no era más que un bautismo de arrepentimiento. Él le decía al pueblo que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús. (Hechos 19:4)
Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. (Hebreos 3:12)
Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. (Hebreos 11:11)
Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna. (Isaías 26:3-4)
Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor. (Efesios 3:16-17)
No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe. Él se manifestó como hombre, fue vindicado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido en la gloria. (1 Timoteo 3:16)
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. (Romanos 15:13)
Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor. (1 Corintios 13:13)
Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos le contestaron. (Hechos 16:31)
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. (Gálatas 2:20)
Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a los que creen. (Gálatas 3:22)
En Cristo Jesús de nada vale estar o no estar circuncidados, lo que vale es la fe que actúa mediante el amor. (Gálatas 5:6)
Les aseguro que, si tienen fe y no dudan les respondió Jesús, no solo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará. (Mateo 21:21)
Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores. (1 Timoteo 6:10)
Nosotros somos judíos de nacimiento y no “pecadores paganos”. Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley, porque por estas nadie será justificado. (Gálatas 2:15-16)
El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. (Juan 3:18)
De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva. (Juan 7:38)
Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. (Juan 14:12)
He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día, y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida. (2 Timoteo 4:7-8)
Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. (1 Corintios 15:1-2)
El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. (1 Pedro 1:7)
A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. (Romanos 1:16)
Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción. (Romanos 3:21-22)
Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna. (Judas 20-21)
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