En un mundo donde la búsqueda de significado y propósito es una constante, nos encontramos con preguntas profundas sobre cómo vivir una vida plena y significativa. Para muchos, la fe desempeña un papel central en esta búsqueda, y la Biblia se convierte en una fuente inagotable de sabiduría y guía. Hoy nos detendremos en un tema que ha generado debates y reflexiones a lo largo de los siglos: la ofrenda.
La idea de dar a Dios parte de lo que tenemos ha sido un aspecto fundamental de muchas tradiciones, y la Biblia nos ofrece una visión única y profunda sobre este tema. Desde los tiempos antiguos hasta el mundo contemporáneo, las enseñanzas bíblicas sobre la ofrenda han impactado vidas y transformado comunidades.
En este artículo, nos sumergiremos en los versículos de diezmo y ofrenda en la Biblia, explorando lo que dicen las Escrituras. Acompáñanos mientras reflexionamos sobre la importancia de la ofrenda en nuestra relación con Dios y con los demás.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. (2 Corintios 9:7)
Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. (Mateo 6:3-4)
¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados! (Proverbios 31:9 )
Luego Nehemías añadió: Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza. (Nehemías 8:10)
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente. (Mateo 10:8)
Los malvados piden prestado y no pagan, pero los justos dan con generosidad. (Salmos 37:21)
Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. (Mateo 19:21)
Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. (1 Corintios 13:3)
Todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad. (Proverbios 21:26)
Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
Dale a todo el que te pida y, si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames. (Lucas 6:30)
Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. (Mateo 6:2)
Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. (Malaquías 3:10)
No niegues un favor a quien te lo pida si en tu mano está el otorgarlo. (Proverbios 3:27)
Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios. (2 Corintios 9:11)
Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes. (2 Corintios 9:8 )
El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. (2 Corintios 9:10)
Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. (Proverbios 3:9)
Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. (Lucas 6:38)
Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene. (2 Corintios 8:12)
El que es generoso prospera, el que reanima será reanimado. (Proverbios 11:25)
Con regalos se abren todas las puertas y se llega a la presencia de gente importante. (Proverbios 18:16)
Pero ¿Quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido. (1 Crónicas 29:14)
Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda. (Génesis 4:4)
¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello. (Mateo 23:23)
Al entregar la ofrenda alzada para el Señor, ni el rico dará más de seis gramos, ni el pobre dará menos. (Éxodo 30:15)
Al día siguiente Pablo se llevó a los hombres y se purificó con ellos. Luego entró en el templo para dar aviso de la fecha en que vencería el plazo de la purificación y se haría la ofrenda por cada uno de ellos. (Hechos 21:26)
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La Palabra del Senor Jesucristo. siempre es Hermosa e importante para nuestras vidas.
Amen!!!
Interesante y hermosas palabras que enseñan a estar en obediencia y poner por obra lo que leemos bendiciones.
Amen
Bellísimas son sus obras.