Este post contiene Versículos de Salvación en la Biblia, Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos le contestaron. (Hechos 16:31)
Solo en Dios halla descanso mi alma, de él viene mi salvación. (Salmos 62:1)
Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. (Romanos 10:10)
El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. (2 Pedro 3:9)
El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. (Marcos 16:16)
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19:10)
También Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan. (Hebreos 9:28)
Tú me cubres con el escudo de tu salvación, y con tu diestra me sostienes, tu bondad me ha hecho prosperar. Me has despejado el camino, así que mis tobillos no flaquean. (Salmos 18:35-36)
Dios es mi salvación y mi gloria, es la roca que me fortalece, ¡mi refugio está en Dios! (Salmos 62:7)
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. (Juan 3:17)
Porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. (Romanos 10:13)
Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos. (Hebreos 7:25)
Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. (Salmos 34:17-18)
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. (Filipenses 3:20)
Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. (Juan 10:9)
Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida. (Santiago 1:21)
Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio la salvará. (Marcos 8:35)
Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación. (1 Pedro 2:2)
Porque el Señor es nuestro guía; el Señor es nuestro gobernante. El Señor es nuestro rey: ¡Él nos salvará! (Isaías 33:22)
Restáuranos, Señor Dios Todopoderoso; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos. (Salmos 80:19)
Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará! (Miqueas 7:7)
Pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. (Mateo 24:13)
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 Pedro 2:9)
Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. Ciertamente les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha concedido al Hijo el tener vida en sí mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, puesto que es el Hijo del hombre. (Juan 5:24-27)
Al oír esto, los discípulos quedaron desconcertados y decían: —En ese caso, ¿quién podrá salvarse? —Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible. (Mateo 19:25-26)
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. (Romanos 8:38-39)
El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!» El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. (Apocalipsis 22:17)
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios. (Efesios 2:8)
Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley, porque por estas nadie será justificado. (Gálatas 2:16)
Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo; y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio. (2 Timoteo 1:9-10)
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