La valentía, un atributo que se encuentra enraizado en la confianza en Dios, se manifiesta a lo largo de las Escrituras como un llamado a enfrentar los desafíos con fe y determinación.
A través de estos versículos bíblicos, exploraremos las enseñanzas que infunden valentía en el corazón de aquellos que buscan la guía del Altísimo. Que estas palabras inspiren y fortalezcan, recordándonos que, con Dios a nuestro lado, no hay razón para temer.
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. (Josué 1:9)
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién me asustará? (Salmos 27:1)
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10)
Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. (1 Corintios 16:13)
Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan. (Salmos 31:24)
Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. (Deuteronomio 31:6)
Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. (Efesios 6:10)
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)
Así que podemos decir con toda confianza: El Señor es quien me ayuda, no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?. (Hebreos 13:6)
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13)
Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. (Isaías 40:31)
Solo te pido que seas fuerte y muy valiente para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas. (Josué 1:7)
Aun si voy por valles tenebrosos, no temeré ningún mal porque tú estás a mi lado; tu vara y tu bastón me reconfortan. (Salmos 23:4)
Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: ¡Abba! ¡Padre! (Romanos 8:15)
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)
El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que se refugian en él. (2 Samuel 22:31)
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. (Mateo 10:28)
Entonces Josué dijo: No teman ni se desanimen; al contrario, sean fuertes y valientes. Esto es exactamente lo que el Señor hará con todos los que ustedes enfrenten en batalla. (Josué 10:25)
No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el Señor. (Salmos 112:7)
¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! No teman lo que ellos temen ni se dejen asustar. (1 Pedro 3:14)
Que estos versículos sobre la valentía sirvan como recordatorio de que, en Dios, hallamos la fuerza para enfrentar cada situación con coraje y confianza.
Que la Palabra de Dios, viva y poderosa, inspire valentía en cada uno de nosotros, capacitándonos para vivir vidas intrépidas en Su nombre. Que el llamado a la valentía resuene en nuestros corazones, recordándonos que, con Dios a nuestro lado, somos más que vencedores.
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